Es
común oír de los orientalistas, los ateos y los enemigos del Islam que Muhammad (mal llamado en Occidente como “Mahoma”, qué la paz y las bendiciones de
Dios sean con él) copió las historias de la Biblia y las adaptó a la
mentalidad de su época.
¿Esto es
verdad? ¿Lo podemos corroborar de alguna manera?
En primer
lugar, cabe destacar que Muhammad (BPD) es el único Profeta con una
existencia histórica comprobable. Con esto no queremos rechazar a los
Profetas anteriores ni objetar las historias de la Biblia, sino que
pretendemos decir que hay registros históricos acerca de la vida del
Profeta del Islam, con lo cual es imposible ocultar algún evento muy
notable, como podría ser su educación en algún monasterio cristiano. Es
bien conocido que Muhammad (BPD) era iletrado, que nunca había
asistido a ninguna escuela, que nunca había tenido ningún maestro educador
y que sus contactos con monjes cristianos fueron muy breves, esporádicos y
aislados, no pudiendo pasar de tener una corta conversación con dos de
ellos. ¿Acaso esto es suficiente como para que le hayan transmitido todas
las historias de la Biblia?
En segundo
lugar, hay profundas diferencias entre las historias de los Profetas según
la Biblia y las versiones aportadas por el Corán. Vamos a ver algunas de
estas diferencias.
1.- El
Corán es más amplio que la Biblia. Menciona
Profetas que no figuran en las historias bíblicas, como Saleh y Hud (P). Menciona
las historias de Dhul Qarnain, de Luqman, de los
jóvenes de la caverna, del Jidr (P), ninguna de
ellas expuestas en la Biblia. Además menciona hechos de las historias de
los Profetas desconocidos en la Biblia, como que Jesús (P) habló al nacer,
o la oposición de Abraham (P) a la idolatría de su pueblo en su
adolescencia, o el encuentro de Moisés (P) con el Jidr (P), etc.
En
realidad, la historia mencionada en la Biblia se restringe en forma casi
exclusiva al pueblo de Israel. Está llena de detalles numéricos de poca
importancia y en su mayor parte vacía de mensaje espiritual. El Corán en
cambio toma de cada historia las enseñanzas y reflexiones educativas,
conectándolas unas con otras y llamando al lector a meditar sobre lo que
se menciona. Además, el Corán menciona el envío de Profetas (P) a todos
los pueblos, no en forma exclusiva para el pueblo de Israel. Dice el
Corán:
“A cada
pueblo mandamos un Enviado (que les dijera): ‘¡Adorad a Dios y apartaos de
los tiranos!’…” (16: 36)
“Para cada
pueblo hay un Mensajero. Cuando se les presentó su Enviado, decidió entre
ellos equitativamente. Y no fueron defraudados en absoluto.” (10:
47)
Este es un
principio del Islam que no se encuentra contemplado en la Biblia y no es
sostenido por el Judaísmo ni el
Cristianismo.
2.- Para el
Corán, los Profetas nunca pecaron. Es otro
principio del Islam que no se encuentra en las religiones que siguen la
Biblia. Dice el Corán:
“Es
inadmisible que un hombre a quien Dios le concedió el Libro, el Juicio y
la Profecía diga a la gente : ‘¡ Sed siervos míos
en lugar de Dios !’...” (3 : 79)
“Él dijo:
Ciertamente te haré un dirigente de hombres. Dijo (Abraham): ¿Y de mi
descendencia? (Dios) Le respondió: Mi convenio no incluye a los que obran
mal.” (2:124).
En La
Biblia encontramos las historias de los Profetas (P) manchadas con graves
acusaciones de adulterio, incesto, crímenes pasionales, corrupciones y
desvíos varios, las cuales ni siquiera se sugieren en el Corán. Para los
musulmanes es absolutamente inconcebible que Dios escogiera como
interlocutor a alguien que luego fuese presa de sus pasiones y que se
abocara a cometer pecados de cualquier
clase.
3.-
Profunda diferencia en la visión de Jesús (P). Si bien
hay detalles interesantes de las vidas de los Profetas (P) mencionados en
el Corán que no figuran en la Biblia (como el acontecimiento en la
juventud de Abraham –P- o el encuentro de Moisés –P- con el Jidr –P-), es en la historia de Jesús (P) donde surgen
diferencias más notables, tanto en el relato como en la concepción de la
figura misma de Jesús (P). Veamos algunas de estas
diferencias:
Primero: El Corán
no menciona a José el carpintero, que en la Biblia figura como esposo de
María (P) al momento de nacer Jesús (P). Si María estuviese casada, ya no
se podría mostrar el nacimiento de Jesús (P) como un signo extraordinario
ni ella sería acusada de ser
fornicadora.
Segundo: Toda la
historia del nacimiento de Jesús (P) es en sí
diferente.
Tercero: Jesús (P)
habla desde el momento mismo de nacer.
Cuarto: Se
mencionan en el Corán dos milagros que no aparecen registrados en la
Biblia: dar vida a figuras de arcilla con forma de pájaros y conocer los
secretos más ocultos de la gente.
Quinto: Se niega
que haya sido Jesús (P) el muerto en la cruz, aunque no se niega el hecho
en sí.
Sexto: Se niega
que Jesús (P) sea “hijo de Dios” o “Dios encarnado”. Ambas ideas son
nociones aberrantes para el Islam. Jesús (P) es un Profeta enviado a los
hijos de Israel. Cualquier otra presunción es errada. El Corán habla de un
Monoteísmo estricto y absoluto, rechazando cualquier noción trinitaria.
Estas
diferencias (especialmente los dos últimos puntos) son muy importantes y
profundas como para pensar que el Profeta Muhammad (BPD) haya tomado las
historias y enseñanzas del cristianismo.